LIBERTAD LIQUIDA

 Steve amanece después de una pesadilla, ya su relación con aquel sueño representacional solo derivaba en situaciones de displacer siendo esta un ejemplo. El día a día y la rutina eran idénticas en términos de dogma. Dogma el cual ya no motivaba. Una rutina sin sentido, caras similares que repiten discursos idénticos solo traían mayor confusión en el actual estado de Steve. Los costos de la disrupción eran un costo a pagar en cualquier entorno donde el habitaba; amigos, familia, trabajo, estudio. Todo incluía un dogma con sus recompensas y castigos, materiales o simbólicos. Dentro de este abanico de personas se encuentra su hermana, Ana. Ella fue la única que de cierta manera pudo comprender y escuchar a Steve. Ana trataba de hacerlo reflexionar, tampoco que tuviera mucho tiempo para escuchar semejantes pensamientos, le suministraba un oído a Steve el cual necesitaba como alguna especie de dispositivo que brinde sentido a su novedosa divergencia. Steve y su relación con las representaciones ya estaba deteriorada. Ahora la carrera es con el dogma, la rutina sin sentido. Los amigos de Steve continuaban con una percepción que contradecía la mirada de su divergente amigo. Ellos lo tildaban como un depresivo con actitudes un tanto hiperactivas. Steve, ya sabiendo esta etiqueta, comienza a jugar con ellos. En primer lugar, sus amigos eran el hogar de las sustancian ilícitas, el como buen depresivo, mendigaba para poder usarlas en su tiempo libre, lejos de ellos. En segundo lugar, tenía actitudes no muy afectivas con sus amigos, era muy lejano, no lo suficiente para ser un mal amigo, pero sí lo era para ser un depresivo. Steve trato esta situación con Ana, ella comprendía esa famoso habito de los grupos de etiquetar a las personas por sus características. De hecho, coincidió en las nuevas formas de abordar la supuesta amistad de su hermano, Steve.

Él vivía con su hermana y sus respectivos padres. Los cuales tenían aquella impronta conservadora. Steve sabia esquivarlos, pero no del todo. No dejaban de ser sus padres, eran una figura con nulo poder discursivo, pero de cierta manera ellos significaban aquella cama donde él pudo soñar aquella epifanía. Ana termino con la recomendación básica de “divertite” contra aquella pregunta de “porque” que Steve tenía como mantra contra las representaciones se le sumaria esta premisa extra. Steve como a agotar sus dogmas en función de su placer, con chistes no pertinentes a la situación, con consumos ilegales en lugares públicos. El primer castigo no tardaría en llegar, tras inhalar cocaína tras infiltrarse en un jardín de infantes. No llego a la cárcel pero si a un centro de recuperación tras varios tramites. Aquí dentro Steve se comunicaría con nuevos dispositivos de sentido(oídos) si no que están pasarían a ser activos a alimentar esa búsqueda del placer. Sus compañeros del centro de recuperación no lo entendían tampoco, pero sugería algo diferente a la dinámica habitual del centro. Steve, a estas alturas, logro conocer gente interesante, útil. Ana se entera de la situación y se comunica con el cara a cara. La relación ya estaba con discrepancias Ana ya era más que un odio, era un nuevo creador de discursos insulsos. Ana recomienda a la familia un psicólogo para Steve. El cual no tardaría en llegar. Steve en vez de esbozar algún sentimiento de frustración ve una nueva oportunidad de divertimento. Llega al consultorio, solo, a los minutos es llamado por el licenciado para comenzar con la sesión. El psicólogo comienza con la frase básica:

_ coménteme, que te viene sucediendo

_ “nada, no sé porque estoy acá y porque usted está ahí”” porque estoy de manera informal y usted no” responde Steve.

La sesión no sería fructífera para el psicólogo, solo eran preguntas las que el recibía. Steve por su parte ya sabía qué hacer en su segunda sesión. Llamo a sus compañeros del centro para que lo acompañen. Steve había creado en ellos una clase de afecto proselitista hacia sus ideas. Steve se reunió con ellos y les ofrece presentarse desnudos enfrente del psicólogo, y que cada uno lleve marcado en el pecho “porque”. Esto sucedió, fue denunciado por el mismo licenciado. Steve y su secta ya eran un fenómeno, llevaron la incógnita hacia una antinomia del dogma. Ana comienza a frustrarse, todos los caminos que ella ve solo son instrumentos para Steve. Lo que ella no comprendía era la sonrisa de su rostro. Como esa expresión reflejara algún espejismo con su sueño, con la muerte de la representación que el tanto anhelaba. Steve, feliz, fue llevado a un psiquiátrico. Él sabía que él, como no representación perdía en el mundo que las forjo, pero de cierta manera, quiso representar aquella manifestación s

Comentarios

Entradas más populares de este blog

texto sobre la charla

Holaaaaaaaa mi carta de Beethoven para Maradona

arte=no se, no me gusta :c