Conclusión, gracias Santiago!

 

Tal y como indique en mi presentación a la materia, los sinfines de inseguridades estropean mi escritura. Hoy no puedo decir que es la ideal. Tampoco se trata de eso, mi escritura no descansa en ideales concretos que la escritura exigía. Ideales que reprimieron supieron encarcelar mi ser ante las imponentes letras, palabras, frases, oraciones, párrafos, etc. Partiendo de la premisa de la materia. Escribir. Aquellas inseguridades tuvieron que emprender un camino repleto de sorpresas. Generar una suerte de cariño hacia mi producción era algo fuera de mi realidad, hasta que curse esta materia. Pude liberar un gran abanico de sentimientos a lo largo de mis producciones, emociones que incluso desconocía en relación a trabajos académicos. Poder utilizar mis vivencias como insumo y poder metamoformosearlas a mi gusto fue gratificante. Hoy sigo con ciertas incertidumbres con respecto a la escritura, el "punto y coma" sigo teniendo una cualidad demoniaca con respecto a mis recursos para escribir. El profesor, Santiago, está dotado de una "humanidad" alejada de muchos automatismos que la facultad y su rol como profesor indican. Tal distancia no hizo más que producir entusiasmo en mi persona para continuar con mis escritos. Su frase "es mejor escribir algo, que nada" por más banal y cliché suenen esas proposiciones el efecto fue sencillamente motivador. Continuo con dudas sobre determinadas particularidades de escritura, pero no tiene el peso suficiente para apagar mi entusiasmo. ¡Gracias!

 

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